'‘Los perros duros no bailan’, novela policíaca de Arturo Pérez-Reverte'

Tras la publicación en un corto periodo de tiempo de dos novelas (Falcó, octubre 2016, y Eva, octubre 2017), Arturo Pérez-Reverte ha presentado esta semana Los perros duros no bailan (Alfaguara).

En palabras del propio Arturo Pérez-Reverte, “es una novela policiaca canónica, porque es corta, seca. Tiene humor, tiene ironía, tiene guasa, pero también el lado amargo y triste: las peleas de perros como escenario de crueldad. No era mi objetivo denunciar nada, pero están presentes en el fondo de la novela”. En este sentido ha sido contundente: “He perdido el respeto por muchos seres humanos, pero jamás por los perros”.

Arturo Pérez-Reverte

“Nací mestizo, cruce de mastín español y fila brasileña. Cuando cachorro tuve uno de esos nombres tiernos y ridículos que se les ponen a los perrillos recién nacidos, pero de aquello pasó demasiado tiempo. Lo he olvidado. Desde hace mucho todos me llaman Negro”. Quien habla es el protagonista de la última obra del autor cartagenero, quien así se presenta a los lectores de la historia que él mismo narra. La historia vivida por Negro, tras su pasado de perro peleador y asesino en los combates clandestinos organizados por delincuentes, supone un regreso de este a sus duros orígenes para rescatar a sus amigos Teo y Boris el Guapo, a quienes sospecha han secuestrado para usarlos a ellos también como peleadores. Ese es el punto de partida. «En España el maltrato animal sale casi gratis. La ley española contra el maltrato animal es la más infame en Europa», refiere Reverte en relación con la trama de su trabajo y el trato vejatorio que sufren los animales.

Arturo Pérez-Reverte
Fotografía vía web de Zenda

Los perros duros no bailan «es una novela policiaca canónica, porque es corta, seca. Tiene humor, tiene ironía, tiene guasa, pero también el lado amargo y triste», según Pilar Reyes, de la editorial Alfaguara. Arturo Pérez-Reverte vuelve a poner en liza a otro personaje del perfil de los que nos tiene acostumbrados: Diego Alatriste o Teresa Mendoza.«Yo ya no puedo escribir de otro tipo de personajes, cada quien es rehén de su propia vida. Me interesa el héroe cansado, tipo Alatriste», manifiesta.

“Con Negro quise simbolizar la lealtad y el coraje, el valor y la dignidad. Enfrentarte y pelear, aún sabiendo que no vas a ganar. Estoy muy orgulloso de este personaje, de Negro. Me gusta ese perro. Me hubiese gustado que fuera mío”, concluye el escritor.

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